Camino al vacio.

Parece que no hay remedio, que es inevitable, que poco a poco me acerque al abismo vacio de palabras sin contenido, de hablar y pensar sólo en lo superficial, de quedarse en la cáscara y no descubrir el interior de la gente, de las cosas, de la vida. Creí que después de ella existiría una vida nueva, cosas que descubrir, caricias nuevas, gente por conocer y lugares por visitar. Y llegó la triste realidad que es que la vida sigue siendo monótona, que los amigos fallan, que los besos siempre saben peor que los del pasado, que todo sigue igual pero que sin ella se crea un gran vacio. Ahora no sientes, o sientes sin sentido como aquel que intenta levantar con las manos mil kilos o como el que bate los brazos intentando volar. La gente no entiende de canciones de amor, ni de sentimientos, ni de poesía. No me gusta respirar de este vacio inmenso, no quiero que me pase lo mismo por dentro.