Otra de piratas...

Otra de piratas…

Otro absurdo debate en la televisión y para no cambiar la rutina, otro más que trata de recortar derechos al grueso de la sociedad. Piratería si, piratería no, derechos de autor, propiedad intelectual y mil inútiles vocablos más para terminar hablando sólo de una cosa. Dinerito, viruta, euros, pasta. Dicho con pocas palabras. Los que quieren que paguemos por toda la música, libros y películas contra los que no queremos o podemos pagar. Y es gracioso que en España nos empecinemos por matar lo poco cultural que nos queda, porque ya me dirán ustedes, estando en la vanguardia de la incultura en Europa, si desgraciados de nosotros, mileuristas, culo europeo sin competencia, además, tuviéramos que pagar por todo esto. Pasaríamos a la “champions league” del analfabetismo jugando en la liga Africana donde están más preocupados por llevarse algo a la boca que en saber cómo le ha quedado el careto a la Esteban después de su operación. Total, que al final la guerra es siempre la misma. Los ricos que se quieren hacer más ricos (a los que el tema les incumbe) contra los ricos que se quieren hacer más ricos (a los que le importa un carajo todo esto) y contra los pobres que no quieren ser más pobres. Y el grueso del tema está en estos últimos, a los que más les jode pagar los 20 euritos por el cd, libro o película. Y la guerra va enfocada hacia ellos. Porque ya podrían enfocar la guerra contra las compañías telefónicas, pero mire usted por dónde, no lo hacen. Y para colmo de los colmos, nuestro gran jefe, Don Jose Luis Rodriguez viene ahora a tantear el terreno, o tocar los cojones, con una ley de no se qué de la economía, que tiene tanto en común como el tocino y la velocidad, a poner patas arriba todo este mundillo. Y más gracioso aún es que cuando se encuentra con todos los mileuristas e internautas enfurecidos, porque ven peligrar su único “chollo” se va con el rabo entre las piernas y acusando a la mala, malísima, ministra de cultura o de cultura controlada (como ya he apuntado anteriormente) de los escritos de la dichosa ley.

Si estos se ponen tontos, al final, se pondrá de moda de nuevo el cassete, el disco de tres y cuarto, la cinta beta y el grabar la música de la radio. ¿O quizás del Spotify?